Entra en vigor, propuesta de Ecuador de incluir a todas las especies de cedros, para mejorar su protección y regular el comercio de la madera
Los cedros pertenecen al género Cedrela de la familia Meliaceae y abarcan 19 especies de árboles distribuidas en América tropical.
Hasta el 2010, para Ecuador se reconocían cinco especies; sin embargo, en el 2019 Walter Palacios, investigador asociado al INABIO (especialista de la familia Meliaceae en el país) y funcionarios del Ministerio del Ambiente y Agua, publicaron C. domatifolia de los flancos orientales del Ecuador. El especialista de la familia junto a investigadores de la Universidad San Francisco y otros expertos, continúan trabajando con el género para publicar una nueva especie (Cedrela pichinchensis) y para reportar la presencia de C. kuelapensis hasta ahora solo conocida del Perú y, registrada en la provincia de Loja. Pero aquí no termina todo, hay cuatro especies más por definirse, tres de ellas serían nuevas para la ciencia. Esto elevaría el número de especies de Ecuador a doce” menciona Walter Palacios.
Estos estudios demuestran que hay especies restringidas a pocos miles de hectáreas (endemismos extremos) que están en riesgo, aún sin ser conocidas por la ciencia. La deforestación, el aprovechamiento de su madera y el desconocimiento, ponen en peligro a la mayoría de especies. Habría, al menos, tres especies en estado crítico de amenaza, todas recientemente conocidas para el país: Cedrela kuelapensis reconocida como tal en el 2017, C. domatifolia descrita en 2019 y C. pichinchensis conocida únicamente de los cantones San Miguel de los Bancos y Santo Domingo de los Tsáchilas y en proceso de publicación.
En Ecuador, la madera de cedro se ha usado desde hace más de 300 años. Los altares, puertas e imágenes de las iglesias del centro histórico de Quito así lo demuestran.
A nivel mundial la madera de Cedrela odorata es una de las más valiosas del mundo para ebanistería de alta calidad, solo después de la caoba (Swietenia macrophylla) considerada como la número uno. Por muchos años se pensó que C. odorata crecía en todos los bosques tropicales de América, pero los estudios genéticos a partir del 2010 demuestran que solo está en Centroamérica y el Caribe. Siendo así, son otras las especies que crecen en Ecuador, pero no por eso menos importantes.
El papel de los investigadores es fundamental para generar información para que la Autoridad Ambiental Nacional haga una gestión adecuada de los bosques.
En este contexto, durante la Conferencia de las Partes – COP 18, de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, realizada en agosto del 2019 en Suiza, Ecuador propuso incluir a todas las especies de cedros en el Apéndice II de esa convención, con el fin de mejorar su protección y regular el comercio de la madera. La propuesta obtuvo la aprobación de las Partes y entrará en vigor desde el 28 de este mes.
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes para la consolidación de la sociedad del buen vivir.