Estudio analiza el uso del hábitat de tres especies de roedores en los páramos del volcán Antisana
Utilizando la técnica de carrete con hilo en cuatro transectos, investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), Jardín Botánico de Quito e Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) analizaron los movimientos y el uso del hábitat de tres especies de roedores sigmodontinos (Akodon mollis, Phyllotis haggardi y Thomasomys paramorum) en los páramos del volcán Antisana, brindando así información relevante sobre su historia natural.
El estudio, desarrollado por Ariatna Villarreal, Ricardo Zambrano-Cevallos, Jorge Brito y Santiago F. Burneo, analiza la composición florística en los sitios de muestreo para explicar cómo estas tres especies de roedores sigmodontinos usan la vegetación como hábitat. Los roedores fueron capturados usando trampas Sherman y fueron equipados con un dispositivo de carrete con hilo. Se trazó el rastro de cada hilo y se registraron sus nidos, comederos y refugios mediante receptores GPS.
Además, se describieron los materiales de construcción, la morfología del nido y los refugios utilizados durante el forrajeo y los recursos alimenticios. Estas tres especies de roedores se superponen en su distribución, pero presentan ciertas preferencias por diferentes hábitats como pastizales, áreas abiertas con almohadillas y arbustos, respectivamente.
En ese sentido, A. mollis utiliza los estratos inferiores del pastizal o matorral en los cuatro sitios de muestreo como su hábitat más común, y sus características morfológicas como el tamaño de orejas, colas cortas, diámetro del globo ocular, y la longitud de la pinza respaldan estas preferencias de hábitat. Otra adaptación notable es la capacidad de cavar, por lo que en la mayoría de sus nidos se encontraron túneles interconectados alcanzando profundidades superiores a los 40 cm.
En contraste, T. paramorum se encontró mayormente en lugares donde abundaban los arbustos, con preferencia por áreas dominadas por Chuquiraga jussieui, aunque también fue capturado entre arbustos de Loricaria thuyoides. Los caminos de estos roedores fueron rastreados mayormente entre arbustos, evitando áreas abiertas de almohadillas y pastizales. Esta alta presencia en las zonas arbustivas permite concluir que T. paramorum, a diferencia de A. mollis, es una especie con habilidades trepadoras, que frecuenta los estratos más altos de los arbustos, llegando incluso a alcanzar un metro de altura. Sus características morfológicas son típicas de ciertos roedores clasificados como trepadores de arbustos. Entre estas características se encuentran las patas traseras cortas, un quinto dedo semi-oponible, salientes y pequeñas cojinetes plantares separadas en los dedos.
Mientras tanto, P. haggardi fue encontrada en áreas abiertas y entre los pastizales donde no se registró vegetación arbustiva. Tiene patas traseras largas y delgadas, una cola de tamaño mediano y dedos con garras algo reducidos en comparación con las otras dos especies en el estudio. Estas características morfológicas le permiten moverse rápidamente entre estas áreas. Otras características que destacan son sus grandes ojos y orejas especialmente adaptadas a la vida nocturna. Sus hábitos nocturnos explicarían por qué la especie prefirió las áreas abiertas, ya que durante la noche se reduce el número de depredadores aéreos en el páramo.
La técnica de carrete y línea utilizada en este estudio ha permitido una aproximación del uso y las preferencias de hábitat de las especies de roedores, lo que demuestra cómo las especies relacionadas pueden coexistir en el mismo hábitat si los recursos se utilizan de manera diferencial para evitar la competencia directa.
Hay muchas preguntas abiertas con respecto a la ecología de estos roedores cricétidos dentro de los ecosistemas altoandinos. Sin embargo, este estudio es el primer acercamiento detallado al uso y preferencia del hábitat. Es importante realizar estudios similares en otras áreas y con otras especies de cricétidos para aumentar el conocimiento de su ecología y etología.
El estudio se encuentra publicado en la Revista Biodiversidad Neotropical: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23766808.2022.2132023
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