En Ecuador continental hay 677 especies de plantas introducidas, de acuerdo a una lista preliminar
Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidade Federal de Lavras, Universidad Espíritu Santo, Instituto Nacional de Biodiversidad, Universidade Federal de Santa Catarina, Instituto Hórus de Desenvolvimiento y Conservación Ambiental, Dirección Regional Patagonia Norte de la Administración de Parques Nacionales, Universidad Nacional del Comahue y Universidad de Concepción, señala que no existe una lista oficial completa de especies de plantas introducidas para Ecuador continental. Sin embargo, una versión preliminar sugiere que hay 677; de estas, el 13% (88 especies) han sido reportadas como invasoras en otras regiones del mundo.
A diferencia del Ecuador continental, las Islas Galápagos tienen un inventario detallado de especies vegetales no autóctonas y su estado actual. En las islas se han registrado 881 especies de plantas no nativas, considerándose una de las más graves amenazas para la biodiversidad del archipiélago, donde los taxones no nativos superan ahora a los nativos.
Los investigadores, Rafael D. Zenni, Ileana Herrera (Asociada al INABIO), Michele de Sá Dechoum, Sílvia Renate Ziller, Ana Carolina Lacerda de Matos, Cecilia I. Núñez, Martín A. Núñez, and Anibal Pauchard, afirman que en los Bosques Montañosos (también en el Ecuador continental) las especies arbóreas no autóctonas de los géneros Pinus y los eucaliptos son las más utilizadas en programas de reforestación. Estudios previos han sugerido que estas plantaciones (por ejemplo, Pinus patula) podría afectar la fertilidad del suelo, al reducir la capacidad de intercambio catiónico, además porque causan efectos negativos sobre el equilibrio hidrológico y la biodiversidad.
En Bosques Secos s, ubicados en la región costa, L. leucocephala y Urochloa máxima se pueden observar a lo largo de carreteras, pero no hay estudios que evalúen formalmente el estado de estas especies. En la Isla Santay, un humedal Ramsar, existe la invasión de la palmera ornamental Roystonea oleracea, nativa del Caribe, de la cual se desconoce su impacto.
En la Amazonía ecuatoriana, el estado de las plantas invasoras es casi completamente desconocido. Hay reportes en la provincia de Napo que, a lo largo de los arroyos, se naturalizaron poblaciones de Hedychium coronarium y Pennisetum purpureum, pero no hay publicaciones al respecto. En la Reserva de Biosfera Podocarpus, en la provincia de Zamora Chinchipe, se reportan ocho especies no nativas de árboles y se ha informado que se han introducido hierbas para fines agrícolas, pero la abundancia y los impactos potenciales de estas introducciones son desconocidos.
Aunque América del Sur es el cuarto continente más grande, alberga alrededor del 60% de la vida terrestre mundial y la mayor cantidad de especies de plantas. Además de su gran biodiversidad nativa, hay un número desconocido de plantas no nativas introducidas y al menos 2.677 plantas no nativas naturalizadas conocidas. A pesar del creciente conocimiento sobre la riqueza y el estado general de las especies no nativas, se desconoce en gran medida el alcance real de la distribución, la abundancia y los efectos de las plantas invasoras.
En este estudio, los investigadores utilizaron datos a nivel de país sobre el número y la identidad de las especies de plantas naturalizadas para probar qué factores estaban relacionados con la naturalización de plantas no nativas en el continente. Para hacerlo, (i) se compiló una lista de las plantas invasoras más prominentes en el continente y (ii) se revisó la legislación existente para prevenir y manejar las invasiones de plantas.
Se encontró que la latitud media y el número de bioclimas eran buenos predictores de la riqueza de plantas naturalizadas. También que las invasiones de plantas tienen impactos generalizados en los ecosistemas de América del Sur, pero que la magnitud real de los impactos se desconoce en gran medida porque se han estudiado muy pocas especies invasoras y ecosistemas invadidos, y que los países sudamericanos cuentan con legislaciones para manejar las invasiones de plantas, pero no hubo esfuerzos integrados entre los países para abordar de manera colaborativa las invasiones biológicas
El estudio completo aquí:
https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-89684-3_9
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