Investigación reporta la primera evidencia de que las ballenas grises vivieron en las aguas ecuatoriales
Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de California, Universidad de Montana, Universitat Autónoma de Barcelona, Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) y del Smithsonian Tropical Research Institute, reporta la primera evidencia de que las ballenas grises vivieron en las aguas ecuatoriales del Pacífico Sur, en el límite del Plioceno-Pleistoceno.
La investigación, desarrollada por Larry Taylor, Juan Abella (Asociado al INABIO) y Jorge Manuel Morales-Saldaña, reporta el hallazgo de dos especímenes parciales de Cryptolepas rhachianecti (Cirripedia, Coronulidae), un percebe coronulido conocido solo por habitar la piel de ballenas grises (Eschrichtius robustus ), en sedimentos del límite Plioceno-Pleistoceno de la Cuenca de Canoa, Ecuador.
Si bien el rango histórico de las ballenas grises incluye el Pacífico Norte y el Atlántico Norte, hasta donde se sabe, esta es la primera evidencia inferida de las primeras apariciones del género en el hemisferio sur y la primera evidencia de una población de ballenas grises que viven o migran regularmente a través del Océano Pacífico sur.
Coronuloidea es una superfamilia de percebes comensales adaptados para vivir en una notable variedad de organismos, incluidos manatíes, cangrejos, moluscos, serpientes marinas, tortugas marinas y cetáceos. Los percebes que viven en ballenas, o coronulidos (familia Coronulidae), son el linaje derivado más recientemente, habiendo divergido de los otros percebes comensales en los últimos cinco millones de años. Este momento coincide con la aparición del gigantismo en las ballenas barbadas, y la mayoría de las coronulidos tienen su hogar en los gigantes modernos, aunque algunas especies se ven ocasionalmente en delfínidos.
Las ballenas grises existentes en el este del Pacífico Norte pasan sus meses de verano alimentándose en aguas frías hacia los polos, principalmente en los mares de Bering y Chukchi, antes de migrar hacia el sur a aguas cálidas, poco profundas y protegidas a lo largo de la costa de Baja California Sur para reproducirse y criar a sus ballenatos. Sin embargo, la cuenca del Plio-Pleistoceno en Canoa habría ofrecido las condiciones similares a las lagunas y bahías donde las ballenas grises modernas invernan. Asimismo, la gran cantidad de fósiles de Coronula diadema encontrados en la región sugiere que la región al menos sirvió también como una antigua área de reproducción de ballenas jorobadas.
Si bien las ballenas jorobadas y grises no suelen pasar el invierno juntas, a veces buscan profundidades y temperaturas de agua similares, y las poblaciones invernales de ambas especies se pueden encontrar a solo unas pocas millas de distancia a lo largo de la costa de la actual Baja California.
Una de las principales causas de la extinción local de ballenas grises de aguas ecuatorianas fue seguramente el incremento en la temperatura marina, aunque también el hecho de que el continuo levantamiento tectónico de la región costera Ecuatoriana durante el Pleistoceno, eliminó las ensenadas poco profundas que había en la zona de Canoa, similares a aquellas donde las ballenas grises suelen criar en la actualidad. Si bien los períodos anteriores de alto nivel del mar habrían creado un hábitat de reproducción tan adecuado dentro de la cuenca de Canoa, el levantamiento de la costa ecuatoriana provocó que la costa de Canoa moderna esté dominada por acantilados, mientras que el levantamiento de los Andes ha eliminado aún más las ensenadas poco profundas a lo largo de la costa de América del Sur.
La investigación está publicada en la Revista Journal of Paleontology: https://www.cambridge.org/core/journals/journal-of-paleontology/article/new-fossil-remains-of-the-commensal-barnacle-cryptolepas-rhachianecti-provide-evidence-of-gray-whales-in-the-prehistoric-south-pacific/AC76AA25637D70355FBB6616A1E889F0
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