Investigación resalta el papel clave de una planta andina nativa en la conservación de abejas
Un estudio desarrollado por Pablo Sebastián Padrón, investigador de la Universidad del Azuay y asociado al Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) resalta el papel clave de una planta andina nativa, Dalea coerulea, en la conservación de abejas y otros polinizadores en los ecosistemas del Ecuador.
La investigación identificó 17 especies de abejas que visitan las flores de D. coerulea, 16 de ellas nativas de los Andes. Entre las más frecuentes se encuentran los abejorros Bombus robustus y Bombus funebris, junto con otras especies silvestres como Xylocopa viridigastra y Colletes sp.
Un aspecto innovador del trabajo fue el uso de datos de iNaturalist Ecuador, donde ciudadanos y naturalistas registran observaciones de fauna y flora. Del total de 578 interacciones entre insectos y flores, el 84 % provino de esta plataforma, demostrando el poder de la ciencia ciudadana como herramienta para generar conocimiento ecológico.
Además de su importancia ecológica, Dalea coerulea tiene usos tradicionales en comunidades andinas: sus hojas y flores se emplean como repelente natural de insectos y en medicina tradicional por sus propiedades antimicrobianas, y por su resistencia, floración prolongada y belleza, se propone incorporarla en programas de revegetación y áreas verdes urbanas como una alternativa nativa y sostenible frente a especies foráneas.
Asimismo, Pablo Sebastián Padrón señala que en la actualidad, muchas ciudades andinas, como Quito o Cuenca, emplean especies ornamentales exóticas, entre ellas lavanda o Echium candicans, para atraer abejas. Sin embargo, estas plantas suelen favorecer principalmente a la abeja europea (Apis mellifera), una especie introducida que puede competir con las abejas locales.
En contraste, Dalea coerulea prospera tanto en áreas naturales como en entornos urbanos, ofreciendo recursos florales valiosos para especies nativas y fortaleciendo la resiliencia ecológica de los ecosistemas.
“Promover especies como Dalea coerulea no solo embellece nuestras ciudades, sino que también ayuda a conservar a los polinizadores que sostienen la vida en los Andes”, señala el investigador.
Los efectos reales de la actual crisis de insectos polinizadores, derivada del continuo cambio global en los ecosistemas y sus habitantes, incluidos los humanos, aún no se comprenden ni se cuantifican por completo. Esto es especialmente cierto en regiones megadiversas como los Andes.
Sin embargo, es seguro que estos efectos serán graves y duraderos, alterando el equilibrio natural de los ecosistemas y afectando la disponibilidad de alimentos para los humanos. Estos efectos se agravarán significativamente en los países en desarrollo, donde los habitantes dependen más de la biodiversidad para satisfacer sus necesidades básicas.
Los insectos en los Andes, especialmente las especies antófilas como abejas, moscas y mariposas, son cruciales para la polinización de las plantas. Su diversidad está directamente correlacionada con la diversidad, la composición y si son nativas o introducidas. Sin embargo, en Ecuador, aspectos básicos como la diversidad alfa de los insectos polinizadores permanecen sin cuantificar, y las interacciones ecológicas que mantienen con las plantas se comprenden poco.
El estudio completo lo encuentra aquí: https://www.biotaxa.org/rce/article/view/87867
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes. De manera sinérgica, el fortalecimiento de programas y proyectos de investigación, junto a instituciones académicas nacionales e internacionales, permiten alcanzar objetivos estratégicos detallados en la Agenda Nacional de Biodiversidad de Ecuador.
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