Estudio determina que la presencia de la especie invasora octocoral Carijoa riisei en costas de Ecuador pone en riesgo los arrecifes de coral nativos
Un estudio desarrollado por investigadores de Bioelite, Universidad de Guayaquil, Universidad Espíritu Santo, LARBIM (IBIOMAR-CONICET), Escuela Superior Politécnica del Litoral, Universidad Agraria del Ecuador, Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca, Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (DIRNEA), Heriot-Watt University y la Fundación Charles Darwin, evaluó la distribución y proporcionó una estimación de la abundancia del octocoral invasor Carijoa riisei a lo largo de la costa ecuatoriana, así como la relación entre su abundancia y diferentes variables ambientales.
El estudio desarrollado por los investigadores Maritza Cárdenas-Calle, Julián Pérez-Correa (BIOELITE), Cecilia Uzca-Sornoza, Gregorio Bigatti, Nardy Diez, Mariana Lozada, Jorge Coronel, Ileana Herrera (asociada al INABIO), Gladys Torres, Telmo De la Cuadra, Freddy Espinoza, James Mair e Inti Keith determinó colonias de Carijoa riisei en 5 de 43 sitios de muestreo registrados durante el 2015, las mismas que crecían entre los 5 y 15 m de profundidad, colonizando comunidades de macroinvertebrados sésiles. Las áreas con mayor abundancia se encontraron en la provincia de Manabí, en dos sitios de Jama.
Asimismo, los resultados del análisis de revisión bibliográfica de Carijoa en la costa ecuatoriana mostraron la presencia del octocoral invasor y su rápida expansión en cuatro provincias costeras del Ecuador (Esmeraldas, Manabí, Santa Elena y El Oro) desde el 2010 al 2020 y mostraron su presencia en 22 sitios incluyendo áreas marino protegidas (AMP’s). Por tanto, C. riisei representa una gran amenaza para los arrecifes de corales, octocorales, bivalvos, esponjas, balanos y otros invertegrados.
En el Ecuador continental, las colonias de C. riisei crecen en una amplia gama de hábitats tales como: repisas sombreadas con luz directa, paredes rocosas, así como superficies planas y diversas condiciones ambientales. Se la observó creciendo en rocas, sobre sustratos cubiertos de sedimentos, estructuras metálicas e incluso sobre otros organismos, lo que podría afectar a corto plazo los parches de coral aislados en pequeños fondos rocosos.
El debilitamiento de los arrecifes de coral nativos en áreas con aumento de las temperaturas, por ejemplo debido al cambio climático, podrían acelerar el escenario de invasión de C. riisei. La globalización del tráfico marítimo juega un papel clave en la introducción y propagación de especies, ya que muchos de estos organismos se mueven entre regiones en agua de lastre, en cascos de barcos, en cofres de mar, en cadenas e incluso anclajes.
El comportamiento y expansión de esta especie, a lo largo de la costa de Ecuador, en un corto período de tiempo desde su primer registro en el 2010, muestra un alto riesgo de que esta especie supere a las nativas y altere el ecosistema marino. Sin embargo, no solo la costa del Ecuador continental está en riesgo, la biodiversidad marina única de la Reserva Marina de Galápagos también está en peligro debido a la probabilidad de que la especie pueda ser introducida debido a la conectividad existente con el continente.
Los datos presentados en este trabajo podrían usarse como referencia para continuar monitoreando la propagación de C. riisei a lo largo del Pacífico oriental con el fin de medir la distribución en expansión y la abundancia. Los protocolos de bioseguridad deben socializarse con centros de buceo, pescadores y propietarios de embarcaciones locales, así como con empresas de carga y la Armada de Ecuador.
Los especialistas proponen implementar un programa de monitoreo en los puertos y AMP’s para monitorear el crecimiento de colonias, su efecto ecológico sobre los organismos sésiles para determinar estrategias de mitigación que eviten la pérdida de áreas coralinas y diversidad de las comunidades macrobentónicas, la disminución de atractivos turísticos de los sitios de buceo y del sustento económico que brindan a las poblaciones costeras que viven del turismo.
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes para la consolidación de la sociedad del buen vivir.
Ingrese aquí para ver la publicación completa: https://www.reabic.net/aquaticinvasions/2021/AI_2021_Cardenas-Calle_etal.pdf