Se describen cuatro nuevas especies de ranas en la provincia del Carchi
Pristimantis praemortuus, Pristimantis broaddus, Pristimantis satheri y Pristimantis robayoi son los nombres de las nuevas especies de ranas descritas dentro de los bosques montañosos de la provincia del Carchi, a elevaciones de 1600 a 2300 metros, por investigadores del Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Fundación Ecominga, Fundación Oscar Efren Reyes y Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Pristimantis praemortuus, una de las especies descritas, es un miembro del grupo Pristimantis myersi y del clado de especies P. celator. Su nombre se deriva del latín praemortuus, que significa: antes de morir, que enfatiza la urgencia de los esfuerzos taxonómicos en conservación, resaltando la importancia de describir las especies antes de que desaparezcan o se extingan.
Se conoce de la localidad tipo en el sector de Chinambí y en la ladera occidental del Cerro Golondrinas de la Reserva Drácula, en la provincia del Carchi, entre 2176 a 2390 metros de altitud, en la cuenca del río. Esta especie se encuentra en el bosque siempreverde montano de la Cordillera Occidental de los Andes, caracterizado por un dosel cerrado con árboles de hasta 20 metros de altura, cubierto por epífitas, orquídeas, bromelias, briofitas y helechos.
Pristimantis broaddus es un miembro del grupo de especies Pristimantis myersi y del clado de especies P. celator. Su nombre lo lleva en honor a Callie Broaddus, una conservacionista, fotógrafa y cineasta estadounidense, fundadora de Reserva: The Youth Land Trust, una organización sin fines de lucro que empodera a los jóvenes para conservar especies y hábitats amenazados.
Esta nueva especie habita en el sector El Pailón, del Bosque Protector Golondrinas de la provincia del Carchi, entre los 2483 a 2605 metros de altitud, en la Cuenca del Río Mira. Esta especie se encuentra en el bosque siempreverde montano de la Cordillera Occidental de los Andes, caracterizado por un dosel semiabierto hasta 20 metros de altura, cubierto por epífitas, orquídeas, bromelias, briofitas y helechos, con dominancia de suros (Chusquea sp).
Pristimantis satheri es un miembro del grupo Pristimantis myersi y del clado de especies P. celator. Su nombre lo lleva en honor a Justin Sather, un joven estadounidense de 13 años, que es un ferviente ambientalista, y fundador del Proyecto de la Rana de Justin por una doble preocupación: su amor por las ranas y la disminución de sus poblaciones debido a la contaminación y la destrucción del hábitat.
Pristimantis satheri es conocida en la localidad tipo en el sector San Jacinto de Chinambi, en la provincia de Carchi, entre los 1742 y 2394 metros de altitud, en la cuenca del río Mira. Esta especie se encuentra en el bosque siempreverde montano de la Cordillera Occidental de los Andes, caracterizado por un dosel abierto con árboles de hasta 20 metros de altura, cubierto por epífitas, orquídeas, bromelias, briofitas y helechos.
Pristimantis robayoi lleva su nombre en honor a Javier Robayo, presidente de la Fundación EcoMinga en Ecuador, una organización sin fines de lucro dedicada a conservar la rica biodiversidad del país. Ha desempeñado un papel fundamental en la protección de más de 27.000 acres de hábitats críticos en el Chocó y los Andes tropicales. Como biólogo y educador, Robayo ha liderado más de 200 expediciones de investigación y enseñanza, contribuyendo significativamente a los descubrimientos científicos, incluidas nuevas especies de orquídeas, ranas y roedores.
Esta nueva especie habita en tres localidades tipo: San Jacinto de Chinambi, Chical y Maldonado, en la provincia de Carchi, entre 1791 y 2193 m de altitud, en la cuenca del río Mira. Esta especie se encuentra en el bosque siempreverde montano de la Cordillera Occidental de los Andes, caracterizado por un dosel abierto con árboles de hasta 20 metros de altura, cubiertos por epífitas, orquídeas, bromelias, briofitas y helechos.
Los hallazgos del estudio mejoran la comprensión de los patrones biogeográficos que influyen en la diversidad de especies en estas regiones, y resalta la importancia de los bosques montanos de la cuenca del río Mira, que abarcan Ecuador y Colombia, y son identificados como cruciales para la radiación adaptativa de la flora y la fauna, influenciada por su compleja historia geológica y climática.
“En esta cuenca se han documentado más de 124 especies de anfibios y reptiles. En los últimos 10 años se han descrito siete nuevas especies y aún quedan 15 más por describir”, señala Mario Yánez Muñoz, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO).
Los nombres de las nuevas especies hacen referencia al liderazgo, a la juventud, a la cooperación y a la esperanza, fundamentos que son necesarios en el cumplimiento de la Agenda global, pero sobre todo a la necesidad local para afrontar los desafíos ambientales, sociales y económicos.
El estudio fue desarrollada por Mario H Yánez-Muñoz, Juan P. Reyes-Puig, Carolina Reyes-Puig, Gabriela Lagla-Chimba, Christian Paucar-Veintimilla, Miguel A. Urgiles-Merchán y Julio C. Carrión-Olmedo, investigadores de Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Fundación Ecominga, Fundación Oscar Efren Reyes, y Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
El estudio está publicado en la Revista PeerJ: http://doi.org/10.7717/peerj.18680
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes. De maneras sinérgica, el fortalecimiento de programas y proyectos de investigación, junto a instituciones académicas nacionales e internacionales, permiten alcanzar objetivos estratégicos detallados en la Agenda Nacional de Biodiversidad de Ecuador.
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