El cambio de uso de la tierra es uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad
El cambio de uso de la tierra es uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad. Los ecosistemas tropicales enfrentan rápidas tasas de conversión debido a la invasión de tierras agrícolas y las necesidades de suministro de bienes y servicios de una población en aumento y las demandas cambiantes del mercado.
Medir el efecto de la conversión de tierras en la diversidad de especies es un desafío debido al conocimiento incompleto y desigual de los diferentes grupos taxonómicos. En este sentido, investigadores de la Universidad de Las Américas Ecuador, Wageningen University and Research, Universidad San Francisco de Quito, Universidad Tecnológica Indoamérica, University of Nevada, Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Universidad Central del Ecuador, y Fundación Imaymana contrastaron diferentes métricas para medir la pérdida de biodiversidad en tres tipologías de uso de la tierra: bosque secundario, agrosilvicultura y monocultivo para cinco grupos taxonómicos: aves, ranas, peces, escarabajos peloteros y macroinvertebrados en los bosques andinos de piedemonte de los Andes ecuatoriales occidentales.
Entre los resultados más importantes de la investigación se destaca que en la vertiente occidental de los Andes ecuatorianos, se encontraron cambios en las asociaciones de macroinvertebrados acuáticos en respuesta a la conversión de bosques a agroforestería o monocultivo de palmito ( Bactris gasipaes ), pero no en las métricas de biodiversidad evaluadas.
En otras palabras, taxones específicos desaparecieron de los monocultivos, pero estos cambios no se reflejaron en la métrica de diversidad alfa aplicada. Además, la abundancia de peces y la composición de la comunidad mostraron poca relación con las perturbaciones antropogénicas, incluida la invasión de pastos y tierras de cultivo.
Asimismo, un metaanálisis destinado a evaluar las respuestas de los escarabajos peloteros a los cambios en el uso de la tierra, utilizando la riqueza, la abundancia y la similitud de las comunidades, encontró que los bosques secundarios y la agrosilvicultura podrían albergar especies sensibles que se pierden en la agricultura y tierras de pastoreo de ganado.
Sin embargo, en un estudio posterior, se observaron que los escarabajos peloteros mostraban una marcada disminución en el número de especies y la biomasa al comparar los bosques secundarios y plantados con los bosques maduros, con importantes disminuciones en las especies con una mayor proporción de biomasa comunitaria.
Se encontraron impactos considerables del cambio de uso de la tierra en la diversidad filogenética y funcional de las aves de los bosques tropicales a través de un gradiente de perturbación, desde bosques tropicales antiguos hasta plantaciones de palma aceitera.
Las tasas de extinción prehumanas o de fondo se estimaron en 0,1 extinción por millón de especies por año. Las tasas de extinción actuales son 1.000 veces más altas que las tasas prehumanas, y es probable que las tasas de extinción futuras sean 10.000 veces más altas. Se espera que para finales del siglo XXI se hayan perdido entre el 20 y el 50 por ciento de todas las especies.
La mayoría de estas extinciones en curso y proyectadas se deben a la pérdida y degradación del hábitat causada por los cambios en el uso de la tierra, particularmente en ecosistemas tropicales. Por lo tanto, identificar qué tipo de especies son más sensibles al cambio de uso de la tierra y medir sus impactos en la diversidad de especies se vuelve de suma importancia.
Durante las últimas cuatro décadas, los paisajes naturales de Ecuador han sido testigos de rápidas transformaciones, impulsadas principalmente por la expansión agrícola. El incremento en la densidad de población humana entre 2000 y 2010, sumado a las proyecciones de un mayor crecimiento en Quito y en todo el país para 2050, así como el surgimiento de nuevas actividades extractivas como la minería, se prevé que exacerben los impactos en la rica biodiversidad del país.
De acuerdo a los investigadores, Blanca Ríos-Touma, Paulina Rosero, Andrés Morabowen, Juan M. Guayasamin, Chelsea Carson, Santiago Villamarín-Cortez, Alejandro Solano-Ugalde, Ibon Tobes y Francisco Cuesta, comprender los efectos diferenciales de varias tipologías de uso de la tierra en diferentes grupos taxonómicos a nivel local es de suma importancia para informar estrategias de conservación precisas.
A pesar de la pequeña escala espacial de estas campañas de muestreo y de la proximidad entre fincas con diferentes tipologías de uso de la tierra, o diferentes tipologías de uso de la tierra dentro de la misma finca, los resultados de este estudio mostraron que la intensificación del uso de la tierra puede tener una influencia importante en los conjuntos comunitarios para los cuatro grupos taxonómicos.
La investigación completa aquí: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1470160X23012426
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes. De manera sinérgica, el fortalecimiento de programas y proyectos de investigación, junto a instituciones académicas nacional e internacional, permiten alcanzar objetivos estratégicos detallados en la Agenda Nacional de Biodiversidad de Ecuador.
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