La innovación bio-inspirada es la vía más prometedora para países megadiversos como Ecuador
Amir Lebdioui, director del Centro de Tecnología e Industrialización para el Desarrollo (TIDE) de la Universidad de Oxford, durante el evento “Construyendo capacidades nacionales para la bio-innovación inspirada en la naturaleza” realizó este miércoles la presentación del nuevo informe del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) denominado “Biodiversidad y Desarrollo Productivo: Trampas extractivistas y ecosistemas de innovación simbiótica en América Latina y el Caribe”,
Durante el evento, desarrollado por CAF, TIDE, Fundación Heifer Ecuador y el Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Amir Lebdioui señaló que Ecuador es uno de los países megadiversos más importantes del planeta, con un potencial excepcional para transformar su riqueza biológica en innovación científica, tecnológica y productiva. Sin embargo, aprovechar ese potencial requiere instituciones fortalecidas, articulación entre actores y una estrategia nacional que conecte biodiversidad, ciencia e industria.
Lebdioui manifestó que Latinoamérica concentra más de la mitad de la biodiversidad mundial, lo que la convierte en un actor clave para la sostenibilidad global, pero ese patrimonio natural ha sido explotado principalmente bajo esquemas extractivos que generan degradación ambiental, bajo valor agregado y vulnerabilidad económica, y ese contexto, afirma que la innovación bioinspirada ofrece la mayor oportunidad para transformar la biodiversidad en desarrollo.
Es decir, en lugar de extraer recursos, la innovación bioinspirada se basa en aprender de las soluciones de la naturaleza para crear tecnologías y productos más eficientes. “La biodiversidad tiene un valor ecológico que no se puede medir, pero además de ese valor ecológico, de ese valor existencial, tiene un valor de innovación a través de dos procesos distintos: bio-utilización y bio inspiración”, destacó.

En este sentido, señaló que bio-utilización es lo más común en América Latina, y consiste en extraer material genético desde la naturaleza y utilizarlo, por ejemplo, en industrias como cosmética, farmacéutica, la agricultura, entre otros. Sin embargo, este proceso genera aún más la brecha en una región atrapada en modelos que priorizan la explotación de recursos naturales para obtener rentas de corto plazo.
Mientras que la innovación bio-inspirada (biomímesis, diseño inspirado en la naturaleza, soluciones tecnológicas basadas en principios biológicos) es la vía más prometedora para países megadiversos como Ecuador. Este enfoque permite generar innovación sin extracción intensiva de biomasa, reducir presiones ecológicas, desarrollar capacidades científicas locales e insertarse en sectores de alto valor agregado (energía, materiales, construcción, tecnología digital). “Por ejemplo, cómo comunican los insectos para construir modelos de gestión de datos, o emulación de ecosistemas por todo el tema de economía circular. Viene de la naturaleza, de reutilizar productos usados como inputs en diferentes actividades”, comentó.
Para Ecuador, esto implica un cambio de paradigma: pasar de exportar naturaleza o materias primas a exportar conocimiento, soluciones e innovación basadas en su biodiversidad, y para ello, es clave invertir en universidades, institutos de investigación (como INABIO), formación de talento local y mecanismos de protección del conocimiento.
“La biodiversidad ecuatoriana no debe verse únicamente como un patrimonio a proteger, sino como una fuente de ideas, soluciones tecnológicas e innovación, capaz de impulsar sectores de alto valor agregado”, comentó Lebdioui, quien añadió que según el informe de la CAF, Ecuador requiere financiamiento de largo plazo y capital paciente para transformar su biodiversidad en un activo productivo.
En este contexto, CAF puede desempeñar un rol clave al integrar ciencia, innovación y biodiversidad en sus operaciones financieras, apoyar infraestructura científica y promover nuevos criterios de financiamiento que midan no solo conservación, sino también generación de capacidades productivas y empleo. “Aquí no se trata de una agenda que solamente es relevante para Ecuador o para Panamá o Colombia o Brasil, sino que los activos ambientales son a veces transfronterizos”, dijo.
Finalmente, el INABIO, al ser una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes, trabaja en una alianza con el Centro de Tecnología e Industrialización para el Desarrollo (TIDE) de la Universidad de Oxford para fortalecer o encaminar la innovación bioinspirada en la región.
Unidad de Comunicación Social
Instituto Nacional de Biodiversidad, entidad adscrita al Ministerio de Ambiente y Energía

